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El 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre. Bajo el lema "Alianzas en favor de la conservación de la vida silvestre", este año Fundación Temaikèn destaca el trabajo en red para conservar especies autóctonas y revertir el rojo de la extinción.
En el Día Mundial de la Vida Silvestre, Fundación Temaikèn presenta un nuevo proyecto de conservación: caracoles de Apipé (Aylacostoma chloroticum). Este molusco se encuentra críticamente amenazado y es una especie endémica que solo se encontraba en los rápidos de Apipé, en el río Paraná.
La modificación de su hábitat impactó negativamente en la distribución de estos caracoles, cuyas poblaciones hoy están extremadamente acotadas en la naturaleza. Recientemente, más de 200 ejemplares rescatados fueron trasladados del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN) a un espacio especialmente acondicionado en el acuario del Bioparque Temaikèn. El objetivo del proyecto es incrementar el número y tamaño de las poblaciones de los caracoles para reducir su riesgo de extinción y que pronto vuelvan a su hábitat natural.
“La alianza con el Museo Argentino de Ciencias Naturales `Bernardino Rivadavia` es un claro ejemplo de que el trabajo en conjunto es fundamental para conservar las especies”, afirma Paula Gonzalez Ciccia, directora de Conservación, Educación e Investigación de Fundación Temaikèn. “Otro ejemplo de la importancia de trabajar en red es la creación de Centros de Supervivencia de Especies (CSE) en todo el mundo. Esta iniciativa se basa en una fuerte alianza entre instituciones zoológicas y la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El CSE-Argentina está liderado por Temaikèn y conecta actores clave para fortalecer la capacidad local y regional de conservación en Latinoamérica.”
Dentro de este movimiento global que busca revertir el estado crítico de distintas especies, Fundación Temaikén lleva adelante proyectos que incluyen al cardenal amarillo, huemul, yaguareté, aguará guazú, cóndor andino, tiburón gatopardo y especies de flora endémica de Misiones de las que quedan muy pocos ejemplares. Los caracoles de Apipé, por su parte, se encuentran catalogados como “Extintos en vida silvestre” dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas de UICN.
“Los esfuerzos para revertir el estado crítico de esta especie, como muchas otras, depende en gran parte de la experiencia y asertividad de las medidas que se tomen con poblaciones mantenidas bajo cuidado humano ya que son la última oportunidad de no perder a estas especies para siempre”, destaca González Ciccia.
Caracoles de Apipé: el origen del proyecto
En 1990, Manuel Quintana creó el Proyecto Aylacostoma, con el nombre del género de esos caracoles. Para mantenerlos con vida, tuvo que reproducir las condiciones naturales de los rápidos de Apipé en los acuarios porteños del Museo Argentino de Ciencias Naturales. En el museo, logró reproducirlos y continuar con estudios genéticos, fisiológicos, ecológicos y parasitológicos. Además continuó con los trabajos de campo para ensayar su liberación con microchips en áreas cercanas y replicar los planteles de caracoles en otras instituciones como la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) en Posadas, en el Ecoparque de Buenos Aires y en el Acuario de Fundación Temaikèn.