Los Tigres de Bengala son de hábitos solitarios, cada individuo permanece en un extenso territorio o área de acción. Generalmente los machos poseen áreas más grandes que las hembras. El marcado de territorio lo realizan a través de la orina, heces, arañado de troncos, entre otras formas.
Los únicos encuentros entre machos y hembras tienen lugar durante la época de apareamiento.
El particular olor que desprende la orina de la tigresa en celo atrae a los machos y los incita a la cópula. El celo, dura aproximadamente una semana, puede repetirse a intervalos que varían entre uno y tres meses.
En el momento de la cópula, el Tigre posa el hocico sobre la Tigresa, en tanto que ella se frota contra el macho. La Tigresa entonces resopla, frota las vibrisas contra las del macho y se revuelca por el suelo agitando las patas. Después se ofrece al compañero, echada en el suelo boca abajo. Con un gruñido, el macho se coloca sobre ella y le pinza la piel del cuello con los dientes. Cuando se acoplan entre bufidos, la hembra intenta escapar del macho, pero éste la retiene mordiéndola y a veces puede provocarle algunas heridas profundas. Terminada la cópula, la hembra se levanta más o menos agresiva con el macho, que se pone en guardia.
La duración de la gestación es de 90 a 105 días. A partir de los dos meses, los cachorros complementan la lactancia con pequeñas cantidades de carne. A los 6 meses, la madre los desteta y los cachorros comienzan a cazar pequeñas aves o cervatillos, aunque no se alejan nunca más de 50 metros de su madre. Dos meses más tarde acompañan a la Tigresa a cazar.
Los cachorros permanecerán alrededor de 2 años con la madre, quien les enseñará las técnicas necesarias para la supervivencia, como por ejemplo, marcar el territorio y cazar sin ser descubiertos, algo muy importante para obtener su alimento.
La mitad de los cachorros no supera los dos años de edad ya que pueden ser presa de otros animales carnívoros o incluso de otros Tigres machos que querrán copular con su madre. Si una hembra pierde la camada, cinco meses más tarde puede volver a parir. Una Tigresa gesta dos cachorros cada dos años, aproximadamente.
Las poblaciones de Tigres tienen una baja tasa de renovación debido a su tardía madurez sexual (3-4 años para las hembras, 4-5 para los machos).
Durante una noche de cacería, estos animales pueden recorrer entre 10 y 20 Km. en busca de sus presas. Cuando cazan, los tigres se mueven en contra del viento con el fin de evitar ser descubiertos por el olor de su cuerpo. A su presa se acercan muy silenciosamente y siempre mezclándose con la vegetación para atacarla por detrás. Esta es la razón por la cual los lugareños, cuando recorren las selvas, llevan máscaras por detrás de la cabeza así confunden a los tigres.